miércoles, 20 de marzo de 2013

El Caso Mascherano

Por todos es sabido mi devoción por Javier Mascherano. Desde sus últimos partidos con River hasta su llegada a Europa de la mano del West Ham y luego Liverpool, donde se coronó como el mejor '5' del mundo. Y todos sabéis lo poco que me gustó cuando se fue al Barcelona porque si bien él es un jugador de corte -el mejor en ello-, que el Barça tenga el 70% de posesión a cada partido no le ayuda. Pese a todo, se ha sabido reciclar y juega de central con bastante solidez, aunque no es menos cierto que comete errores de bulto originados por la dificultad que supone una reconversión de posición en el fútbol. Si naces defensa, eres defensa.

Mascherano
En 2009 Mascherano, aún en el Liverpool, era ídolo de masas. Maradona, entonces seleccionador argentino, promulgó a los 4 vientos una frase que le definía en el panorama futbolístico: 'Mascherano+10'. Así es como iba a jugar su selección, dándole al Jefecito la capitanía de la albiceleste con sólo 24 años. Las cualidades físicas del '20' del Liverpool no sólo asustaban a los rivales, sino que ponían en entredicho si era de este planeta. Sus números eran desorbitados. De media, un jugador de fútbol corre entre 9 y 11 Kilómetros por partido. Mascherano hacía 15 Km. Su rendimiento y potencia eran inexplicables.

La gota que colmó el vaso la puso un desconocido señor llamado Luis Dapelo, quien aprovechó el éxtasis nacional por el nuevo capitán sacando a la luz en diversas plataformas online una serie de vídeos en las que, haciéndose pasar por detective, investigaba sobre extraños sucesos surgidos entorno al propio Mascherano. Ahora, para no romper la magia, os invito a que veáis los vídeos antes de seguir leyendo. 









Todo comienza en una habitación extraña, oscura y solitaria, en la que el señor Dapelo se graba en primera persona en lo que parece en principio una grabación de despedida, pero que resulta ser el principio de una absurda historia. El detective se pone a investigar tras la llegada anónima de una carta a su casa en la que reza el siguiente mensaje: 'Cuenten la verdad de Mascherano'.

Dapelo recoge los bártulos y se emprende en un viaje hacia San Lorenzo, lugar de nacimiento de Mascherano, donde todo el mundo parece tener algo que ocultar y nadie sabe nada de dicho jugador. Hasta la llegada de una señora que, tan misteriosa como irreal, conduce a Dapelo hasta un profesor de Educación Física que había compartido equipo en las inferiores con Mascherano. Realmente no dice nada, pero deja entrever que algo raro hay, que él lo sabe pero que no puede hablar, limitándose a dar unas breves señas para que el detective continúe por su camino e insinuando que Mascherano cambió de golpe de una navidad a otra.

Acompañado siempre por una música de intriga, Dapelo se cuela en un edificio abandonado en la dirección que le había dado su única, hasta ahora, fuente. En el interior, trastos y máquinas abandonadas. Las fotos encontradas donde aparecen experimentos médicos con diversas personas, además de caballos y perros, inducen al espectador a quedarse viendo el vídeo. Además, en el fondo de un cajón aparece el expediente de Javier Mascherano.

Luis Dapelo
Tras continuar la investigación, se topa con hasta entonces la joya de la corona. Le muestran una foto 'Top Secret' en la que Mascherano deja ver una enorme cicatriz que atraviesa todo su pecho. Sospechoso.  Después, unas siglas que coinciden con la marca de un pequeño motor para coches. Luego de contactar y mantener una charla con el doctor que le trató, todo había salido a la luz: Mascherano no era más que un conejillo de indias, le habían manipulado y utilizado para meterle un motor dentro de su cuerpo que regulaba su potencia. Increíble. 

La página web congregó millones de visitas de gente que buscaba conocer la verdad. Se empezó a especular con que se trataba de una campaña publicitaria de Fiat -ya que se nombre la marca casi al final del vídeo-.Con el tiempo y tras la expectación generada, Fiat confirmó la autoría de la investigación, siendo el último anuncio para publicitar su nuevo motor. Dapelo, quizás para intentar dar fuerza a la campaña, negó que se tratase de publicidad tras la confirmación de Fiat entrando en una pequeña guerrilla.

Por cierto... Esta es la foto original. 


Coloccini, Burdisso y Mascherano, Alemania 2006


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