lunes, 3 de junio de 2013

Víctor Valdés se ha ganado el derecho a decidir

El mes que viene hace 21 años que Víctor Valdés ingresó en las filas del F.C Barcelona. 21, que se dice pronto. Es posible que ese día el meta catalán no siga en la disciplina blaugrana. Lo que sí es seguro es que, como mucho, serán solo 21 las temporadas que Valdés juegue en el Barcelona. Siempre cuestionado, Víctor Valdés ha optado por no continuar en el considerado mejor equipo de la historia por las causas que considere oportunas. 

V. Valdes (Debut contra el Legia Varsovia)
Debutó con 20 años en el Camp Nou el día que el Atlético de Madrid volvía a Primera División tras pasar dos años navegando en el infierno y su puesta de largo no fue la ideal. Jorge Otero le endosó un doloroso gol que comenzó con su alargada sombra y fantasma de 'cantadas'. Con el 26 a la espalda, no supo detener el disparo de Correa casi al final del partido, que acabó con 2-2 en su debut con los mayores. Si bien ya se había vestido de corto en la previa de Champions contra un rival menor, Louis van Gaal confió en él para los primeros encuentros.

Pepe Reina, Arnau, Richard Dutruel o Hesp, entre otros, no habían conseguido llenar una portería necesitada de un guardameta de garantías en las temporadas anteriores. Tampoco Roberto Bonano, el argentino con el que el joven nacido en Hospitalet iba a disputar el puesto y que ya había sido de la plantilla la temporada anterior. Junto a ellos, el malogrado Robert Enke. 3 jugadores para un puesto, aunque Valdés tenía ficha del filial. 

Con 20 años, media melena y una actitud chulesca y desafiante -que le formó la imagen que se tiene de él hoy en día-, Valdés se negó a volver al filial cuando su entrenador se lo ordenó e incluso desafió al cuerpo técnico sin asistir a 3 entrenamientos consecutivos. Van Gaal no dudó en pedir su expulsión del club, pero Joan Gaspart medió para buscar una solución. Con todo, el bueno de Valdés regresó al primer equipo en el tramo final de la liga de la mano de Radomir Antic, elegido como sustituto del entrenador holandés a mitad de temporada.

La siguiente temporada, ya con Rijkaard en el banquillo, el meta catalán se posicionaba claramente como suplente del turco Rustu, que había sido una de las sensaciones del pasado Mundial. Pero una inoportuna lesión antes de empezar la liga hizo que el nuevo técnico holandés depositara toda su confianza en el joven canterano, que permaneció de titular gracias a sus buenas actuaciones y las malas de su homólogo cuando salía al campo. El runrun que se oía en el Camp Nou a cada jugada a balón parado ponía igual de nerviosa a la afición o más que como se ponía el propio portero cuando recibía un balón con los pies. Y aquella temporada volvió a aparecer su fantasma con David Villa como antagonista. El asturiano le ganó la partida en uno de los goles más tontos que se pueden marcar en el fútbol. Otra vez en el ojo del huracán.

Con todo, Rustu fue traspasado y Víctor cogió por primera vez el dorsal 1 en la temporada 2004/2005, la de su consagración. Siguió como titular y se coronó como campeón de Liga, además de recibir su primer premio Zamora al portero menos goleado de la temporada.

Ya con el pelo más corto y de punta, su fama de arrogante y egocéntrico continuaba de su mano en la que iba a ser una de las mejores temporadas de su vida, la de su consagración total si es que no lo estaba ya. Sin competencia por su puesto, porque Jorquera en realidad no daba la talla, Valdés no se relajó ni un momento y cosechó una temporada de éxitos ayudando a su equipo a revalidar el campeonato liguero y conquistando por primera vez en su vida la Champions League en una final contra el Arsenal que se recuerda siempre por el gol de Belletti pero nunca por la actuación de Valdés, que es probablemente una de las mejores que hayan visto estos ojos referente a un guardameta en una final de tal calibre, quizás comparables a aquellos minutos apoteósicos de Casillas en la final de Glasgow que le encumbraron.

Valdés para un tiro de Henry (Final UCL 06)
Precisamente ese ha sido uno de los grandes lastres de Valdés: Casillas. Que los porteros necesitan entrar en contacto con el balón para rendir más y que cuantos menos tiros les hacen peor porque en cualquier momento les pueden pillar fríos es una máxima que todo el mundo sabe. Y mientras a Iker le bombardeaban sin éxito, Víctor tenía poco trabajo en un equipo que estaba rompiendo -y cada año iba a más- los registros de posesión de balón. Valdés ha coincidido, durante toda su carrera, con uno de los mejores porteros de la historia y que se ha mantenido en la élite durante más tiempo y por tanto, a la sombra de éste en la selección.

Errores pulidos, seguridad en las salidas, pelo rapado y algo más de cordialidad, elegancia y humildad en sus declaraciones, Valdés evolucionó de la mano del FC Barcelona, de Rijkaard y de Guardiola, con Messi, Iniesta y Ronaldinho para convertirse en una referencia mundial bajo los palos y en portero, al fin, internacional. En el camino quedaban los errores garrafales como el regalo que le hizo a De la Peña, aquel despiste en saque de centro cuando volvía de espaldas a la portería y el balón estuvo cerca de colarse por la línea de gol y muchos más para abrir un capítulo aparte de errores puntuales: los partidos contra el Real Madrid.
Con el estilo de toque, con el estilo de riesgo desde abajo impuesto por Guardiola, Di María, Benzema y el Real Madrid al fin y al cabo causaron dos graves fallos del equipo sobre los que la culpa recayó en el meta. 

Siempre infravalorado, nadie se acuerda de la estratosférica actuación del catalán en la noche de Stamford Bridge -en las semifinales que dieron paso a la posterior conquista de la Champions League de 2009-, de los 5 trofeos Zamora que ha conquistado siendo el portero más laureado -junto a Ramallets-, o de la espectacular actuación con la selección ante Francia -en ambos partidos- en el torneo de clasificación para el próximo Mundial supliendo a un Casillas lesionado.

Y es que es posible que se haya cansado de ser el centro de todas las culpas cuando en otro equipo podría ser el centro de todos los halagos. Valdés puede haber jugado su último partido con la camiseta blaugrana, o puede, como mucho, jugar una temporada más. Lo que sí está claro, es que se ha ganado por méritos propios el derecho a decidir. Los barcelonistas lo saben, pero a Víctor le duele que nadie más le haya nunca reconocido como el gran portero que es. Probablemente, de los 3 mejores del mundo. Se le echará de menos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario