domingo, 16 de junio de 2013

Hoy es tu día, Jordi

En sólo unas horas tendrá lugar una nueva prueba del Mundial de Motociclismo. Esta vez, el Circuito de Montmeló, en España, será el encargado de acoger las batallas encarnizadas entre Márquez, Pedrosa y Lorenzo; el desparpajo y descaro de los pequeños como Salom, Viñales y Rins; y la homérica remontada que tendrá que hacer Pol Espargaró para acercarse a Redding en la lucha por el Mundial.

Muy lejos de todo aquello, Jordi Torres vivirá una de las carreras más especiales de toda su vida. El hoy piloto de Aspar rozó la gloria y sintió el infierno en el mismo circuito catalán hace casi 7 años, cuando subió al segundo puesto del cajón en el mismo momento en el que su hermano perdía la vida en una carrera trágica y accidentada.

Rubén, un año menor que Jordi, empezó como un tiro en la segunda salida de la carrera -se tuvo que repetir por problemas en la colocación de los pilotos en la parrilla- cuando sin darse cuenta se vio involucrado en un múltiple accidente. La mala fortuna le impidió salir del asfalto y varios pilotos no pudieron esquivarle hasta que una Yamaha le pasó por encima. Golpe fatal.

Sólo tenía 18 años y ya no estaba. Jordi, mientras, subía al segundo puesto del cajón sin saber siquiera el estado de gravedad de su hermano. Cuando la carrera terminó y tras la ceremonia del podio, la noticia le fue confirmada y no pudo contener las lágrimas ni los gestos de desesperación.

La temporada pasada, por fin Jordi pudo brindar a su hermano la victoria que se merecía cuando, tras acabar como Campeón de España de Velocidad de Moto2, se olvidó de su número y lució en su carenado el "9" de su hermano. Siempre corren juntos.

En sólo unas horas, Jordi saldrá 7º en Montmeló. Aquel circuito que le hizo subir al cajón en el día más triste de su vida. Tendrá una oportunidad de oro para que todo el mundo conozca el talento que compartía con su hermano. Espargaró, Rabat o Redding no se lo van a poner fácil. Pero Jordi no corre solo.


jueves, 6 de junio de 2013

Se busca "9"

Llega el verano, el calor, la playa más que la montaña, los rumores y sobre todo, los fichajes. Y es que en época de vacaciones están aquellos que trabajan a destajo intentando formar una plantilla competitiva para el equipo que les paga. Presidentes, directivos, ojeadores o el propio entrenador son los que deciden, dependiendo de la historia y organigrama del club.

Y en un verano en el que se han movido tantos entrenadores, es previsible que los traspasos se acentúen a cada semana que pase. Mourinho, Guardiola, Mazzarri o Benítez ya han cambiado de banquillo y se presume un  verano en el que se van a cotizar los goles por encima de todo. Se busca 9.

Y es que Radamel Falcao abrió la veda hace una semana cuando hizo oficial su fichaje por el nuevo Mónaco de los millones rusos, dejando al Atlético de Madrid huérfano de goles pero con dinero fresco para sanar tan sangrante herida. Delantero centro donde los haya, el colombiano ha preferido el dinero fácil en detrimento de una competencia mayor. Un "9" de los de la vieja escuela, rematador como pocos que convierte las ocasiones más irrelevantes en goles inverosímiles. 

Y esto actúa como un efecto dominó. Lo difícil es que un equipo mueva ficha y pague, y cuando eso sucede, el dinero va pasando de mano en mano como las fichas de un dominó que van cayendo a cada décima de segundo. O eso, o que tengas patrimonio, caso de los equipos millonarios o del Real Madrid y Barcelona.

Este último ya ha fichado a un jugador de ataque. Si bien no es delantero centro, Neymar ha sido uno de los culebrones de los últimos años y ha privado al Barcelona de reforzarse con algún jugador más en zonas ofensivas.

El Real Madrid, con el dinero fresco del recién elegido presidente Florentino Pérez, necesita paliar sus necesidades de títulos y sobre todo de confianza, cerrando la herida que ha dejado la marcha de José Mourinho dividiendo a vestuario, club y afición. Y en eso 'Tito Floren' es experto. Y es que el mejor equipo del siglo XX no puede permitirse tener en su plantilla a dos jugadores como Higuaín y Benzema que no han cumplido con las expectativas a final de temporada. El argentino, con su historial blanco, se ha ganado como mínimo el respeto y la oportunidad de fallar una campaña. Por su parte, Karim, tan indolente como elegante, no ha conseguido nunca cosechar grandes cifras goleadoras y se ampara en los 36 millones que costó como escudo de salvación. Parece claro entonces, que uno saldrá y llegará Cavani o Luis Suárez. 

Edinson Cavani
Cavani es garra, sacrificio, pundonor y gol. Sobre todo gol. Un delantero que de jugar en España o Inglaterra desde hace años habría revalorizado su valor, pese a estar ya en alza. Inteligente con balón, más lo es aún cuando no lo tiene. Una bestia física que remata todo lo que venga por cualquiera de las 3 alturas, ya sea con el pie, rodilla, pecho o cabeza. Tan valiente como incisivo, capaz de meterse en cualquier barrizal entre varios contrarios para rescatar cualquier posibilidad de ganar un balón dividido. Un seguro desde los 11 metros y una opción viable de disparo de falta. Su precio de mercado es caro: 63 millones de Euros. Él ama Nápoles, pero a nadie se le escapa que le queda pequeño. 

Luis Suárez es el día y la noche. Potrero y gambetero. Jugador salido de la calle, de las reyertas, de las disputas y la marrullería. Pero bueno como él solo. Un jugador de dibujos animados. De esos que te encanta tener en tu equipo pero que odias enfrentarte a ellos. Capaz de enfadarse con un jugador como Jara y darle un par de puñetazos en pleno partido como de morder a Ivanovic y Bakkal como si de un animal se tratase en sus noches más oscuras para sacar su brillo en las citas más importantes y levantar y hacer vibrar a una de las gradas más exigentes e históricas como The Kop. Fantástico en el uno contra uno, se hace grande cuanto más pequeño es el espacio. Capaz de recortar 3 veces en una baldosa y sortear a sus rivales con la misma facilidad que a los conos de los entrenamientos. El Liverpool lo fichó relativamente barato sabedor de que su rendimiento podría disminuir en una liga tan potente, pero lejos de decepcionar se ha revalorizado. Otro estilo de jugador, otra forma de entender el fútbol. Otro genio al que los cables se le cruzan con demasiada asiduidad pero que se crece en las batallas.

Luis Suárez
Mourinho ha llegado a Stamford Bridge necesitado de un "9" de garantías. Fernando Torres sigue apareciendo en los momentos decisivos, pero no es el Torres que todos conocimos en su día y a Demba Ba se le queda grande la camiseta. The Kid es es niño bonito de Abramovich y parece que intocable. Lukaku necesita minutos y es posible que en Londres no tenga todos los que se le antojan necesarios. Lo que sí parece claro es que el futuro del gol pasa por sus botas. Dicen que Mou ha pedido a Dzeko...

Edin Dzeko
Edin Dzeko es elegancia con el balón. Un delantero que se mueve con el balón igual que un bailarín lo hace en la pista. Sólo para paladares exquisitos. Su zancada le hace ganar en carrera y suple con efecto su pequeña falta de velocidad. Capaz de rematar con ambas piernas y gran cabeceador. Alto y espigado, es frecuente verle marcar lo más difícil y tener algo más de dudas con lo más sencillo. Jugador que enamora a la grada siempre pero que vive de las rachas y de la confianza más que ningún otro en el panorama futbolístico. Jurgen Klopp sueña con él y la Bundesliga le atrae, pero una vez pruebas la Premier League no hay nada igual. Con Mancini en el banquillo tenía los dos pies fuera, ahora Pellegrini decidirá si quiere contar con un delantero de galones y entrega, trabajador para el equipo, o prefiere dejarle escapar en busca de mejor suerte. Y es que en Bosnia también saben jugar al fútbol.

A su lado, hoy en día, juega -se sienta en el banquillo- el "Apache" Carlitos Tévez. Siempre en el ojo del huracán por sus polémicas, el argentino ha pasado de capitán del Manchester City a desterrado en más de una ocasión y cada verano su salida del club parece un hecho. Juventus e Inter de Milán son siempre sus pretensores más móviles pero al final acaba con el "32" de la celeste. A nadie se le escapa que sus mejores años ya pasaron, pero tampoco es un secreto que cuando juega revoluciona los partidos y se hace el hipocentro del mismo. Sea como sea, acaba siempre marcando las diferencias. Nunca deja indiferente a nadie.

"De todas las opciones que hay en la mesa hay una que me encanta". O eso dijo Diego Pablo Simeone justo antes de irse de vacaciones. Para el Atleti suenan Luís Suárez y Cavani más como un rumor que como una realidad. Su alto coste de traspaso deja a los rojiblancos en claro fuera de juego. Dzeko sería una posibilidad algo más factible gracias a la facilidad de los nuevos ricos por comprar jugadores por un pastizal y dejarlos escapar por la puerta de atrás, pero su alto salario también le aleja muchísimo de la ribera del Manzanares. Parece entonces que el hombre que suplirá a Falcao saldrá de un abanico de jugadores compuesto por Benteke, Jackson Martínez, Negredo, Leandro Damiao o Chicharito. 

El belga Benteke es una debilidad personal. 22 años y una temporada espectacular. Maldini dice que es un notable alto en todo. También es un sobresaliente en algo: las grandes citas. Capaz de salvar a un Aston Villa en las últimas, tocado por todos los lados. Benteke es potencia, velocidad y lucha. Buen manejo de pies,capaz de caer a las bandas y abrir espacios a la vez que sabe darse la vuelta jugando de espaldas. Un jugador que juega bien como único punta y que abre espacios para que otros lleguen. Gana mucho si el equipo juega para él y si se le ofrecen de forma descarada balones largos y sobre todo, aéreos. Igual no alcanzaría los 20-25 goles todos los años, pero sí es seguro que genera otros 15 por campaña. El hombre destinado a meter los goles -junto a Lukaku- en la magnífica generación belga que viene. Sólo tiene margen de mejora y media Premier se lo rifa. El Aston Villa nunca vende caro y su precio de salida estaría cercano a los 20-22 millones de Euros. ¿Jugar la Champions en el Calderón? Un aliciente.

Christian Benteke
Jackson Martínez es una incógnita. Un experimento de esos que siempre le salen bien al FC Porto pero cuyo rendimiento aún es duda en una liga más potente. Un jugador que levanta más dudas de las necesarias. Su permanencia en Do Dragao parece casi segura tras las salidas de James y Moutinho.

Negredo
Negredo es el jugador más completo, hecho y con experiencia. Con un amplio repertorio de remates, el de Vallecas juega de espaldas, es un tanque por alto y mete muchos goles. ¿Su pega? Falla más que las que mete. "Si tuviera puntería metería 40 goles todos los años", dicen. Sevilla necesita vender y podría venderlo por 18-20 millones. Con experiencia en liga más que sobrada, ha dejado dudas en las grandes citas, así como con la selección española. 

Al otro lado del charco está Leandro Damiao. Delantero brasileño del Internacional de Porto Alegre y el futuro "9" de la canarinha. A su favor está el acuerdo de colaboración que su club mantiene con el rojiblanco. Elegante y rápido con el balón en los pies, tiene en sus botas la calidad de los jugadores brasileños. Un delantero distinto, goleador, pero con la duda de su rendimiento en Europa. El que le fich se llevará una joya aún con mucho por pulir. Un jugador distinto.

Chicharito
Chicharito es eléctrico. Nunca está pero siempre aparece. Paradoja. Con Ferguson en el banquillo sabía su rol y lo cumplía a la perfección. Era el nuevo Ole Gunnar Solsjkaer. Después de todo, también es asesino y también tiene cara de niño. Con Moyes, su futuro es incierto pese a afirmar querer quedarse. De esos jugadores que contagian a los demás y que aparecen cuando más lo necesita el equipo. Su rendimiento en los momentos puntuales queda fuera de toda duda, pero sería necesario evaluar si es jugador para tirar del carro los 90 minutos.

Y hablar de Moyes es sinónimo de hablar de Rooney. Venido a menos, alejado de la zona de influencia, el nivel del inglés ha bajado en estas últimas temporadas para beneficiar el ascenso de Robin van Persie. La mala relación que tiene Wayne con el técnico escocés -hecho que le llevó a salir antes de lo que él hubiera querido del Everton- puede suponer un cambio de aires en su vida. De hecho, el mismo día que se anunció la llegada de Moyes el Manchester United confirmó que rechazaba el transfer request -la forma en que en Inglaterra un jugador pide ser traspasado- que había solicitado el inglés.


El gol es la esencia del fútbol. Los goles cuestan caros y este año parece que el movimiento será inquietante. Falcao y Neymar ya tienen pareja. ¿Quién será el próximo en invitar a su "chica" al baile? Esperar demasiado podría suponer quedarse plantado y sentado en la noche en la que todos se divierten. Goles son amores.

lunes, 3 de junio de 2013

Víctor Valdés se ha ganado el derecho a decidir

El mes que viene hace 21 años que Víctor Valdés ingresó en las filas del F.C Barcelona. 21, que se dice pronto. Es posible que ese día el meta catalán no siga en la disciplina blaugrana. Lo que sí es seguro es que, como mucho, serán solo 21 las temporadas que Valdés juegue en el Barcelona. Siempre cuestionado, Víctor Valdés ha optado por no continuar en el considerado mejor equipo de la historia por las causas que considere oportunas. 

V. Valdes (Debut contra el Legia Varsovia)
Debutó con 20 años en el Camp Nou el día que el Atlético de Madrid volvía a Primera División tras pasar dos años navegando en el infierno y su puesta de largo no fue la ideal. Jorge Otero le endosó un doloroso gol que comenzó con su alargada sombra y fantasma de 'cantadas'. Con el 26 a la espalda, no supo detener el disparo de Correa casi al final del partido, que acabó con 2-2 en su debut con los mayores. Si bien ya se había vestido de corto en la previa de Champions contra un rival menor, Louis van Gaal confió en él para los primeros encuentros.

Pepe Reina, Arnau, Richard Dutruel o Hesp, entre otros, no habían conseguido llenar una portería necesitada de un guardameta de garantías en las temporadas anteriores. Tampoco Roberto Bonano, el argentino con el que el joven nacido en Hospitalet iba a disputar el puesto y que ya había sido de la plantilla la temporada anterior. Junto a ellos, el malogrado Robert Enke. 3 jugadores para un puesto, aunque Valdés tenía ficha del filial. 

Con 20 años, media melena y una actitud chulesca y desafiante -que le formó la imagen que se tiene de él hoy en día-, Valdés se negó a volver al filial cuando su entrenador se lo ordenó e incluso desafió al cuerpo técnico sin asistir a 3 entrenamientos consecutivos. Van Gaal no dudó en pedir su expulsión del club, pero Joan Gaspart medió para buscar una solución. Con todo, el bueno de Valdés regresó al primer equipo en el tramo final de la liga de la mano de Radomir Antic, elegido como sustituto del entrenador holandés a mitad de temporada.

La siguiente temporada, ya con Rijkaard en el banquillo, el meta catalán se posicionaba claramente como suplente del turco Rustu, que había sido una de las sensaciones del pasado Mundial. Pero una inoportuna lesión antes de empezar la liga hizo que el nuevo técnico holandés depositara toda su confianza en el joven canterano, que permaneció de titular gracias a sus buenas actuaciones y las malas de su homólogo cuando salía al campo. El runrun que se oía en el Camp Nou a cada jugada a balón parado ponía igual de nerviosa a la afición o más que como se ponía el propio portero cuando recibía un balón con los pies. Y aquella temporada volvió a aparecer su fantasma con David Villa como antagonista. El asturiano le ganó la partida en uno de los goles más tontos que se pueden marcar en el fútbol. Otra vez en el ojo del huracán.

Con todo, Rustu fue traspasado y Víctor cogió por primera vez el dorsal 1 en la temporada 2004/2005, la de su consagración. Siguió como titular y se coronó como campeón de Liga, además de recibir su primer premio Zamora al portero menos goleado de la temporada.

Ya con el pelo más corto y de punta, su fama de arrogante y egocéntrico continuaba de su mano en la que iba a ser una de las mejores temporadas de su vida, la de su consagración total si es que no lo estaba ya. Sin competencia por su puesto, porque Jorquera en realidad no daba la talla, Valdés no se relajó ni un momento y cosechó una temporada de éxitos ayudando a su equipo a revalidar el campeonato liguero y conquistando por primera vez en su vida la Champions League en una final contra el Arsenal que se recuerda siempre por el gol de Belletti pero nunca por la actuación de Valdés, que es probablemente una de las mejores que hayan visto estos ojos referente a un guardameta en una final de tal calibre, quizás comparables a aquellos minutos apoteósicos de Casillas en la final de Glasgow que le encumbraron.

Valdés para un tiro de Henry (Final UCL 06)
Precisamente ese ha sido uno de los grandes lastres de Valdés: Casillas. Que los porteros necesitan entrar en contacto con el balón para rendir más y que cuantos menos tiros les hacen peor porque en cualquier momento les pueden pillar fríos es una máxima que todo el mundo sabe. Y mientras a Iker le bombardeaban sin éxito, Víctor tenía poco trabajo en un equipo que estaba rompiendo -y cada año iba a más- los registros de posesión de balón. Valdés ha coincidido, durante toda su carrera, con uno de los mejores porteros de la historia y que se ha mantenido en la élite durante más tiempo y por tanto, a la sombra de éste en la selección.

Errores pulidos, seguridad en las salidas, pelo rapado y algo más de cordialidad, elegancia y humildad en sus declaraciones, Valdés evolucionó de la mano del FC Barcelona, de Rijkaard y de Guardiola, con Messi, Iniesta y Ronaldinho para convertirse en una referencia mundial bajo los palos y en portero, al fin, internacional. En el camino quedaban los errores garrafales como el regalo que le hizo a De la Peña, aquel despiste en saque de centro cuando volvía de espaldas a la portería y el balón estuvo cerca de colarse por la línea de gol y muchos más para abrir un capítulo aparte de errores puntuales: los partidos contra el Real Madrid.
Con el estilo de toque, con el estilo de riesgo desde abajo impuesto por Guardiola, Di María, Benzema y el Real Madrid al fin y al cabo causaron dos graves fallos del equipo sobre los que la culpa recayó en el meta. 

Siempre infravalorado, nadie se acuerda de la estratosférica actuación del catalán en la noche de Stamford Bridge -en las semifinales que dieron paso a la posterior conquista de la Champions League de 2009-, de los 5 trofeos Zamora que ha conquistado siendo el portero más laureado -junto a Ramallets-, o de la espectacular actuación con la selección ante Francia -en ambos partidos- en el torneo de clasificación para el próximo Mundial supliendo a un Casillas lesionado.

Y es que es posible que se haya cansado de ser el centro de todas las culpas cuando en otro equipo podría ser el centro de todos los halagos. Valdés puede haber jugado su último partido con la camiseta blaugrana, o puede, como mucho, jugar una temporada más. Lo que sí está claro, es que se ha ganado por méritos propios el derecho a decidir. Los barcelonistas lo saben, pero a Víctor le duele que nadie más le haya nunca reconocido como el gran portero que es. Probablemente, de los 3 mejores del mundo. Se le echará de menos.