martes, 20 de octubre de 2015

Rafael Santos Borré, nacido en la tierra del gol

Borré celebra un tanto / DEPORTIVO CALI
Acaba de cumplir los 20 años y ya es una de las mejores promesas del fútbol sudamericano que ha conseguido dar el salto a Europa. No será, a priori, hasta 2016, cuando recalará en las filas del Atlético de Madrid, que lo fichó este verano dejándolo cedido en el Deportivo Cali hasta junio del año que viene. No le será nada fácil al cafetero hacerse un hueco a las primeras de cambio en el equipo que dirige Simeone por la nómina de delanteros de la que presume el equipo madrileño hoy en día (Jackson Martínez, Griezmann Correa, Vietto y Fernando Torres); por ser una posición tan importante y de tanto peso por la que en los últimos años han pasado jugadores como Forlán, Falcao, Agüero, David Villa, Mandzukic o Diego Costa; y por la condición de extracomunitario, que siempre resta puntos y más en un equipo con tantos problemas a la hora de quedarse con sólo tres jugadores que ocupen las plazas vacantes. Hoy son José María Giménez, Ángel Correa y Jackson Martínez, jugadores capitales. No tendrá el listón nada bajo para llegar a las cifras de los últimos puntas rojiblancos. 

Se trata de Rafael Santos Borré (Colombia, 20 años), ariete nacido en Barranquilla, hincha de pequeño del equipo de su ciudad, el Junior de Barranquilla (o Atlético Junior) que un día soñó con vestir la camiseta rojiblanca del equipo conocido como Los Tiburones, pero que hoy le guarda respeto al Deportivo Cali, el club que, desde que aterrizó con 15 años, "me lo ha dado todo", afirma. "De pequeño le tenía mucha admiración a Junior. Deseaba jugar con ellos, pero ahora el amor que siento por el Deportivo de Cali es mayor. Todo lo que soy como persona y futbolista se lo debo a ellos", segura. Y es que Santos Borré, como se hace llamar, creció admirando a sus dos referentes nacionales, Teo Gutiérrez y Carlos Bacca, defendiendo la camiseta del equipo de Barranquilla. Soñó jugar con ellos cuando era un infantil y hoy comparte delantera con ambos en la selección absoluta de Colombia, donde ya ha sido parte de la plantilla en las convocatorias de los últimos meses. "Me fijaba cómo jugaban para aprender sus movimientos y me impresionaba la forma en la que definían, aunque tenía más fijación por Teo porque los dos venimos de Barranquilla", se sinceraba Borré. 

Borré, con el Deportivo Cali / EL PAÍS
Ya desde bien pequeño su padre Ismael le inculcó el fanatismo del fútbol. Juntos, acudían los domingos a ver jugar en una liga amateur a sus tíos y el pequeño Santos Borré aprovechaba cada balón que se escapaba del terreno de juego para ir a buscarlo y devolverlo con toda la fuerza de unos pies que prácticamente no podían con la pelota. Después de la pachanga, él y su padre se quedaban usando el campo para divertirse un buen rato dando unas patadas al esférico. No tuvo nunca una infancia sencilla. Cuando sólo tenía cinco años vivió la separación de sus padres y se tuvo que marchar de la ciudad junto a su progenitor. Se acabaron entonces los pelotazos con su padre tras los partidos de los tíos, pero comenzó a disfrutar del fútbol en grupo. Empezó a entrenar con un equipo de la ciudad intentando emular a su ídolo Van Persie, donde con más ambición que la de quedarse en Colombia, se ilusionaba con vestir algún día la camiseta del Manchester United, siendo el primer colombiano en hacerlo, cosa que el curso pasado le arrebató Falcao. Curiosamente, poco después el holandés Van Persie recalaría en Old Trafford.

En verano, eso sí, aprovechaba las vacaciones para volver a su ciudad natal y visitar a su madre y sus viejos amigos. En una de estas excursiones llamó la atención de la escuela de fútbol Neogranadinos, propiedad de Álvaro Aguilar (padre del jugador Abel Aguilar) y Federico Chams. Le ofrecieron una prueba que pasó sobrado, pero a Ismael no le hacía mucha gracia la idea, pues el barrio de Santo Domingo, donde estaba el club, era bastante conflictivo y además iba a vivir cerca de su madre; y eso suponía un problema en lo personal para ellos según lo acordado tras el divorcio. Federico Chams, ansioso por tener al chico en sus filas, hizo todo lo posible para convencer a Ismael, al que acabó haciendo entrar en razón tras ofrecer a Rafael vivir en su casa.

Muchas veces, el dinero que le mandaban o que él podía ganar no le era suficiente como para pagar el autobús para ir al entrenamiento y tenía que caminar durante varios kilómetros bajo el fuerte sol para llegar a la práctica. Algo que no le privaba de ser de los jugadores más destacados en cuanto se calzaba las botas y se ponía a correr tras el balón. Durante su estancia en el club pudo hacer su sueño realidad cuando voluntariamente entró a hacer las pruebas en las categorías inferiores de Junior, pero lo dejó tras dos semanas. "No me gustaba el ambiente y decidí dejarlo", se excusaba, pese a que los domingos acudía al estadio a animar al equipo. Su entrenador en Neogranadinos era Henry Peralta, que tenía contacto lejano con Agustín Garizabalo, un cazatalentos que colaboraba con el Deportivo Cali y que había descubierto ya algunas promesas como Juan Cuadrado (Juventus) y el propio Abel Aguilar (Touluse). La insistencia de Peralta hizo que, tras seis meses de peticiones, Garizabalo hiciera un hueco en su apretada agenda para ir a ver a Santos Borré, que ya iba a cumplir los 14. 20 minutos le bastaron para llevarse al jugador.

"Desde el primer día que lo vi jugar reconozco que me impactó, no solo por sus dotes de goleador sino porque se sabía desplazar bien en la cancha", señalaba Garizabaldo. "Le dije a Carlos Burbano, director de divisiones menores del Cali, que lo fuera a ver, que era delantero, que hacía goles, que tenía cosas diferentes. Y les gustó. A los 15 años, ya estaba en Cali", terminaba. El fichaje, con todo, no fue fácil. Deportivo Cali tenía ya la nómina de chicos que iban a realizar las pruebas del equipo cerradas y tras muchas conversaciones internas consiguieron hacerle un hueco a Borré, que fue el mejor, sorprendió a todos y fue el único que terminó ingresando en el club ese año. 

En sus dos primeras temporadas defendiendo la camiseta del club (2011 y 2012) anotó 43 goles siendo uno de los jugadores más destacados de la categoría juvenil. Jugaba con chicos más grandes y eso no le prohibía destacar. Anotó innumerables hattricks e incluso en un partido llegó a anotar siete tantos. como recordó un día, entre risas vergonzosas a las cámaras de televisión tras golear ya con el primer equipo del Deportivo Cali. Con ellos debutó en 2013, con sólo 17 años, aunque aquel año sólo disputó un par de partidos. Siete jugó el año siguiente, pues seguía siendo pieza fundamental del equipo reserva de los colombianos. 

Borré en el Sudamericano Sub20 / EL HERALDO
Con todo, este 2015 está siendo el año de su eclosión y reconocimiento mundial. Todo empezó en enero, cuando conoció que sería parte de la plantilla que acudiría a jugar el Sudamericano Sub20 en Uruguay. Un torneo que arrancó como suplente y que terminó de titular, siendo fundamental para los cafeteros, que lograron el subcampeonato en el hexagonal final sólo por detrás de la Argentina de Ángel Correa, el que será su compañero en el Atlético de Madrid. Borré terminó con dos tantos en su casillero y fue la sensación del equipo. Tanto que un par de semanas después recibió la llamada de José Pekerman para los partidos con la selección absoluta colombiana. Sólo tenía 19 años y, aunque no ha debutado aún con los mayores, ya ha ido en varias listas desde entonces. Su primera llamada, eso sí él la entiende como un regalo de su abuela, que falleció una semana antes de que Pekerman oficializara su bautismo con el primer equipo. No acudió a la Copa América pues estaba repitiendo con la Sub20, aunque esta vez en el Mundial, donde Colombia cayó por sorpresa por la mínima en octavos de final ante Estados Unidos.


¿Cómo juega Santos Borré?

Santos Borré es un delantero moderno muy polivalente. Su mejor demarcación es la de delantero centro, pues es un rematador nato, pero posee cualidades que le hacen vivir más o menos cómodo fuera del área. Maneja muy bien las dos piernas y tiene buen remate al primer toque con ambas, aunque sin duda uno de sus puntos fuertes es el remate de cabeza. Es un gran cabeceador y pese a su altura (1'75m) es un jugador fuerte en el aspecto físico. Tiene una buena potencia de salto, aunque lo que le hace anticiparse a los rivales es su inteligencia sobre el campo. Es un jugador muy pícaro que sabe proteger muy bien el balón. Letal de cara a portería y con una buena velocidad con el balón controlado. Se maneja bien en un sistema de dos delanteros, como juega ahora en el Deportivo Cali, aunque en ocasiones ha llegado a jugar por detrás de un delantero más de área por su continuo movimiento sin balón. 2015 ha sido prácticamente su primer año profesional, pues en 2014 sólo disfrutó de poco más de 300 minutos en el primer equipo (donde logró tres goles) y ya es titular indiscutible. Su mayor problema es el de intentar hacer demasiadas cosas en poco tiempo y en no tomar decisiones de forma rápida. 

Fue una de las figuras del equipo en el torneo Apertura logrando ocho goles acabando como cuarto máximo goleador del torneo (pichichi fue su compañero Preciado, que lanza los penaltis) y en el actual clausura sólo lleva tres dianas. Cierto es que una lesión de tobillo le ha tenido apartado durante algo más de un mes y que a su vuelta, para coger ritmo, jugó con el equipo reserva (tres goles en cuatro partidos), lo que le ha hecho perderse varios compromisos. En torneos de Copa lleva cinco tantos en otros tantos encuentros. Es decir, esta campaña, en partidos oficiales, suma 22 tantos en 40 duelos. Encadena siete encuentros sin marcar, su peor racha desde que se convirtió en profesional, que le han hecho bajar la media anotadora. Cerca estuvo de recalar en verano en el Rayo Vallecano en calidad de cedido, pero el Atlético de Madrid prefirió dejarlo cedido en su equipo de origen, sobre todo porque en el momento del fichaje sufría la lesión de tobillo y lo mejor para la recuperación para un chico tan joven era estar en su entorno. No le asusta ahora el hecho de saltar a uno de los gigantes de Europa. "Demostraré por qué han fichado a un colombiano tan joven", admitía en su puesta de largo en la web del club rojiblanco. "En el Atlético siempre se han fijado en los jugadores colombianos (Falcao, Jackson Martínez, Perea o el Tren Valencia)  y eso nos ayuda mucho a crecer. Que esperen todo mi talento, mi proyección y mi esfuerzo, lo daré todo", añadía. Sin duda sabe de qué va la historia. Viene de una tierra en la que los últimos años han salido auténticos artilleros del gol, donde un hueco en la selección está más caro que nunca y parece poder romper con todos los registros. Nunca un delantero colombiano asombró tanto tan joven. Y mira que los hay buenos. 

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