miércoles, 21 de diciembre de 2016

Aymen Barkok, un freestyler en la Bundesliga



No te culpes si hasta ahora no has oído hablar de Aymen Barkok. Pero sí, hazlo si desde ahora, tras leer esto, no apuntas su nombre en tu agenda y lo grabas en tu memoria. El Eintracht Frankfurt tiene entre manos a una de las perlas con más talento surgidas desde la Bundesliga en los últimos años. Hasta hace unos días prácticamente desconocido, desde que Barkok debutara el pasado día 20 de noviembre su figura no ha dejado de ser el centro de todas las miradas. Desde entonces, 103 minutos repartidos en cinco partidos en la Bundesliga, con dos goles anotados y una asistencia. Y es que Barkok sólo necesito 15 minutos en la primera división alemana para hacer su primer gol como profesional, que fue en el descuento y sirvió para llevar los tres puntos a Frankfurt en un duelo ante el Werder Bremen tras un buen disparo con su pierna mala, la zurda.

Aymen Barkok (Alemania, 1998) nació en la misma ciudad de Frankfurt. De padre y madre marroquí, rápido se enroló en las filas del equipo de las águilas, del que es fan incondicional. Desde bien pequeño, el club germano supo que entre sus manos había una perla en ciernes, aunque todo se pudo terminar hace dos años, cuando Barkok se rompió el ligamento cruzado de su rodilla. El Frankfurt le trató como a un jugador de la primera plantilla, pese a ser apenas un juvenil de primer año y el chico se rehabilitó de todas todas. Tanto que su irrupción tras la lesión con el equipo juvenil fue excepcional y la selección alemana decidió convocarle para los compromisos Sub19.

En octubre de 2016 firmó su primer contrato profesional, asegurándose su permanencia en el Eintracht al menos hasta 2020. Los alemanes consiguieron así alejar a los equipos potentes del país, que ya habían puesto sus ojos en él tras su buena, aunque breve, puesta en escena con los equipos inferiores de la Mannschaft.

Barkok es un futbolista peculiar aún por definir. A sus 18 y con 1'88 de estatura es un jugador con mucho talento que juega como mediocentro con libertad, Su buen toque de balón le permite jugar también en banda. Y es que su habilidad con el cuero es su principal virtud, aunque pueda ser también hoy su punto flojo. Barkok pisa la pelota como los ángeles, de una forma inusual en el fútbol contemporáneo. Sus movimientos con el balón son continuos y vertiginosos, de un estilo similar al que se practica en certámenes de FreeStyle

Es por eso que hace con la pelota cosas que los demás ni imaginan. Pero todo tiene un pero. Su abuso de su prodigiosa técnica a veces le juega malas pasadas. Tarda en descargar el balón a sus compañeros y su confianza en su regate le puede llevar a su pérdida. El abuso de su técnica de cara a la galería podría no ser tan positivo si deja de ser efectivo. Se nota que su fútbol base fue el fútbol indoor, donde jugó para el Eintracht de Frankfurt en una modalidad de fútbol sala sin fueras y con paredes hasta los 14 años. En espacios cerrados, reducidos, sacó a relucir toda su técnica.

Aún tiene mucho que pulir y, sobre todo, aclarar las cosas. Casi por defecto, los jugadores técnicos de ascendencia de países magrebíes tienen un perfil parecido, son excepcionales cuando rayan a su máximo nivel, pero suelen ser tan duraderos como las burbujas del champán. Ben Arfa, Feghouli, Aissadi, Mahrez o Affelay saben de lo que hablo. Barkok ha sido ya tanteado por la selección Sub20 de Marruecos, aunque aún no ha debutado ni con Alemania ni con la propia Marruecos de forma absoluta, por lo que aún tiene tiempo para decidir su futuro. 

Su potente físico le hace ser un buen jugador para la transición defensa-ataque y su buena visión de juego le hace proveer de un notable último pase, pero de igual manera tiene que trabajar los movimientos y automatismos para engranar en la defensa. Su golpeo de balón es muy técnico, preciso y trabajado. Así, golpea las faltas a las mil maravillas (sí, son dos goles distintos y aquí, otro) y su disparo lejano es potente y peligroso. Los últimos minutos del partido jugado contra el Borussia Dortmund gustaron a la afición, que se terminó de encandilar por un chico al que casi ni han visto y le dejó a Niko Kovac las cosas claras. Barkok ya está para pelear en grandes plazas.

Las grandes marcas ya se han percatado de su incidencia en el fútbol teutón y ha sido Adidas quien se ha adelantado en firmar su imagen. Tampoco han estado lentos los agentes, y el germano-marroquí ha cedido la gestión de su carrera a la empresa Rogon, que tiene en cartera a jugadores de la talla de Draxler, Vieirinha, Otavio, Firmino, Max Meyer, Ricardo Rodríguez o Luiz Guistavo.



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