miércoles, 21 de diciembre de 2016

Aymen Barkok, un freestyler en la Bundesliga



No te culpes si hasta ahora no has oído hablar de Aymen Barkok. Pero sí, hazlo si desde ahora, tras leer esto, no apuntas su nombre en tu agenda y lo grabas en tu memoria. El Eintracht Frankfurt tiene entre manos a una de las perlas con más talento surgidas desde la Bundesliga en los últimos años. Hasta hace unos días prácticamente desconocido, desde que Barkok debutara el pasado día 20 de noviembre su figura no ha dejado de ser el centro de todas las miradas. Desde entonces, 103 minutos repartidos en cinco partidos en la Bundesliga, con dos goles anotados y una asistencia. Y es que Barkok sólo necesito 15 minutos en la primera división alemana para hacer su primer gol como profesional, que fue en el descuento y sirvió para llevar los tres puntos a Frankfurt en un duelo ante el Werder Bremen tras un buen disparo con su pierna mala, la zurda.

Aymen Barkok (Alemania, 1998) nació en la misma ciudad de Frankfurt. De padre y madre marroquí, rápido se enroló en las filas del equipo de las águilas, del que es fan incondicional. Desde bien pequeño, el club germano supo que entre sus manos había una perla en ciernes, aunque todo se pudo terminar hace dos años, cuando Barkok se rompió el ligamento cruzado de su rodilla. El Frankfurt le trató como a un jugador de la primera plantilla, pese a ser apenas un juvenil de primer año y el chico se rehabilitó de todas todas. Tanto que su irrupción tras la lesión con el equipo juvenil fue excepcional y la selección alemana decidió convocarle para los compromisos Sub19.

En octubre de 2016 firmó su primer contrato profesional, asegurándose su permanencia en el Eintracht al menos hasta 2020. Los alemanes consiguieron así alejar a los equipos potentes del país, que ya habían puesto sus ojos en él tras su buena, aunque breve, puesta en escena con los equipos inferiores de la Mannschaft.

Barkok es un futbolista peculiar aún por definir. A sus 18 y con 1'88 de estatura es un jugador con mucho talento que juega como mediocentro con libertad, Su buen toque de balón le permite jugar también en banda. Y es que su habilidad con el cuero es su principal virtud, aunque pueda ser también hoy su punto flojo. Barkok pisa la pelota como los ángeles, de una forma inusual en el fútbol contemporáneo. Sus movimientos con el balón son continuos y vertiginosos, de un estilo similar al que se practica en certámenes de FreeStyle

Es por eso que hace con la pelota cosas que los demás ni imaginan. Pero todo tiene un pero. Su abuso de su prodigiosa técnica a veces le juega malas pasadas. Tarda en descargar el balón a sus compañeros y su confianza en su regate le puede llevar a su pérdida. El abuso de su técnica de cara a la galería podría no ser tan positivo si deja de ser efectivo. Se nota que su fútbol base fue el fútbol indoor, donde jugó para el Eintracht de Frankfurt en una modalidad de fútbol sala sin fueras y con paredes hasta los 14 años. En espacios cerrados, reducidos, sacó a relucir toda su técnica.

Aún tiene mucho que pulir y, sobre todo, aclarar las cosas. Casi por defecto, los jugadores técnicos de ascendencia de países magrebíes tienen un perfil parecido, son excepcionales cuando rayan a su máximo nivel, pero suelen ser tan duraderos como las burbujas del champán. Ben Arfa, Feghouli, Aissadi, Mahrez o Affelay saben de lo que hablo. Barkok ha sido ya tanteado por la selección Sub20 de Marruecos, aunque aún no ha debutado ni con Alemania ni con la propia Marruecos de forma absoluta, por lo que aún tiene tiempo para decidir su futuro. 

Su potente físico le hace ser un buen jugador para la transición defensa-ataque y su buena visión de juego le hace proveer de un notable último pase, pero de igual manera tiene que trabajar los movimientos y automatismos para engranar en la defensa. Su golpeo de balón es muy técnico, preciso y trabajado. Así, golpea las faltas a las mil maravillas (sí, son dos goles distintos y aquí, otro) y su disparo lejano es potente y peligroso. Los últimos minutos del partido jugado contra el Borussia Dortmund gustaron a la afición, que se terminó de encandilar por un chico al que casi ni han visto y le dejó a Niko Kovac las cosas claras. Barkok ya está para pelear en grandes plazas.

Las grandes marcas ya se han percatado de su incidencia en el fútbol teutón y ha sido Adidas quien se ha adelantado en firmar su imagen. Tampoco han estado lentos los agentes, y el germano-marroquí ha cedido la gestión de su carrera a la empresa Rogon, que tiene en cartera a jugadores de la talla de Draxler, Vieirinha, Otavio, Firmino, Max Meyer, Ricardo Rodríguez o Luiz Guistavo.



martes, 20 de diciembre de 2016

Sudamericano Sub20 (2017): Grupos definidos

Aún falta por saber qué jugadores compondrán las listas definitivas de cada selección para el Sudamericano Sub20 que tendrá lugar entre el 18 de enero y el 11 de febrero del próximo año. La mayoría de los combinados ya trabajan con una amplia nómina de futbolistas que se irá reduciendo a medida que el torneo vaya tomando forma. Son muchos los que, pese a poder competir por edad, no acudirán al evento por sus compromisos con equipos ya absolutos

Argentina buscará revalidar el título logrado hace dos años, cuando Ángel Correa y Gio Simeone coparon todas las portadas. Su plantel parece a día de hoy el más peligroso junto al de Uruguay. Los dos combinados son sin duda los más hechos, los mejor rodados y los favoritos. No obstante, no contar con Brasil en uno de estos eventos se antoja complicado. La actual subcampeona del mundo de la categoría rozó el ridículo hace dos años en el Sudamericano, pero luego supo resarcirse en el Mundial. La infinidad de talentos brasileños siempre hace que haya que contar con la selección que más títulos del mundo tiene a nivel absoluto. Un triunfo final de cualquier otro de los siete participantes sería una absoluta sorpresa.

Como en cada edición, el torneo se divide en dos grupos de cinco selecciones. Juegan todos contra todos a una vuelta y los tres primeros de cada grupo jugarán el hexagonal final. Ahí, de nuevo, una liguilla de todos contra todos, también a un único partido, determinará que el equipo con más puntos al final sea coronado campeón. Los cuatro primeros lograrán plaza directa para el Mundial Sub20 de la categoría que se celebra en mayo del próximo año.


Grupo A: 

-Chile: Gonzalo Collao, Brayan Manosalva, Zacarías López, Raimundo Rebolledo, Francisco Sierralta, Nozomi Kimura, Diego González, Nicolás Ramírez, Diego Soto, Cristián Gutiérrez, Gabriel Suazo, Adrián Cuadra, Kevin Vásquez, Carlos Lobos, Yerko Leiva, Ángelo Araos, Marcelo Allende, Jaime Carreño, Jeisson Vargas, Vïctor Dávila, Richard Paredes, Felipe Fritz, José Luis Sierra, Ignacio Jara, Iván Morales.

-Ecuador: José Gabriel Cevallos, Gabriel Carabalí, Giancarlo Terreros, William Vargas, Byron Castillo, Kevin Minda, Luis Segovia, Félix Torres, Joel Quintero, Pervis Estupiñan, Joel Montezuma, Juan Nazareno, Renny Jaramillo, Joao Rojas, Jhegson Méndez, Jordan Sierra, Adolfo Muñoz, Bryan Cabezas, Wilter Ayoví, Jordy Caicedo, Jhon Pereira, Washington Corozo, Herlin Lino.

-Colombialista por confirmar.

-Brasil: Caíque (Victoria), Emilio (Atlético MG), Lucas Perri (São Paulo), Dodo (Coritiba), Gustavo, Cascardo (Atlético-PR), Guillermo Arana (Corinthians), Roger (Juventus-ITA), Gabriel (Avaí), Leo Santos (Corinthians), Lucas Cuña (Braga), Lyanco (São Paulo),Caio Henrique (Atlético de Madrid-ESP), Douglas Gomes (Fluminense), Douglas Luiz (Vasco), Maycon (Ponte Preta), Lucas Paquetá (Flamenco), Everton Felipe (Sport), Arturo (las Palmas), Cayo Monteiro (Vasco), David Neres (São Paulo), Felipe Vizeu y Matheus Savio (Flamengo), Richarlison (Fluminense).

-Paraguay:  Óscar Benítez (Rubio Ñu), Fabio Morán (Cerro Porteño) y Marino Arzamendia (Olimpia), Marcelo Arce (Olimpia), Pablo Meza (General Díaz), Saúl Salcedo (Olimpia), Ricardo Garay (3 de Febrero), Rodi Ferreira (Olimpia), Blas Riveros (FC Basel, Suiza), Richard Escobar (Guaraní) y Sergio Ávalos (General Díaz), Mathías Villasanti (Cerro Porteño), Cristhian Paredes (América, México), Rodrigo Bogarín (Guaraní), Jesús Medina (Libertad), Jorge Morel (Guaraní) y Richard Prieto (General Díaz), Pedro Báez (Cerro Porteño), Guillermo Paiva (3 de Febrero), Josué Colmán (Cerro Porteño), Sebastián Ferreira (Olimpia), Julio Villalba (Cerro Porteño) y Leandro Flecha (Libertad).


Grupo B: 

-Argentina: Federico Vietto, Matías Zaracho, Brian Mansilla y Lautaro Martínez (Racing); Franco Moyano, Marcos Senesi, Nicolás Zalazar y Tomás Conechny (San Lorenzo); Julián Chicco, Nahuel Molina y Marcelo Torres (Boca); Lucas Rodríguez, Juan Foyth y Santiago Ascacibar (Estudiantes); Lisandro Martínez y Milton Valenzuela (Newell s); Joaquín Pereyra y Pedro Ojeda (Rosario Central), Facundo Cambeses (Banfield); Kevin Mac Allister (Argentinos); Ramón Mierez (Tigre), Tomás Chancalay (Colón); Franco Petroli (River); Ramiro Macagno (Atlético de Rafaela); Cristian Romero (Belgrano); e Ezequiel Barco (Independiente).

-Uruguay
: Santiago Mele (Fénix), Juan Tinaglini (River Plate) y Adriano Freitas (Peñarol), Nicolás Rodríguez (Nacional), Emanuel Gularte (Wanderers), Santiago Bueno (Peñarol), Agustín Rogel (Nacional), Agustín SantAnna (Cerro), José Luis Rodríguez (Danubio), Mathías Olivera (Nacional), Matías Viña (Nacional), Rodrigo Bentancur (Boca Juniors, Argentina), Roberto Fernández (Fénix), Marcelo Saracchi (Danubio), Santiago Viera (Liverpool), Facundo Waller (Plaza Colonia), Nicolás De La Cruz (Liverpool), Carlos Benavídez (Defensor Sporting), Rodrigo Amaral (Nacional), Diego Rossi (Peñarol), Nicolás Schiappacasse (Atlético de Madrid, España), Agustín Canobbio (Fénix) y Joaquín Ardáiz (Danubio).

-Perú: Pedro Ynamine, Aldair Fuentes, Marcos López, Gianfranco Chávez, José Luján, José Cotrina, Martín Távara, Brian Reyna, Fernando Pacheco, Raúl Tito, Siucho Roberto, Carlos Gómez, Cristian Sánchez, Miguel Castro, Rudy Palomino, Ronaldo Andía, Juan Huangal, Marck Estrella, Adrián Ugarriza, Luis Ibérico, Kevin Quevedo, Relly Fernández, Ángel Zamudio.

-Venezuela: Wuilker Fariñez (Caracas), Joel Graterol (Carabobo), Rafael Sánchez (Deportivo Táchira), Ronald Hernández (Zamora), Juan García (Aragua), Nahuel Ferraresi (Nueva Chicago), Josua Mejías (Carabobo), Williams Velásquez (Estudiantes de Caracas), Sandro Notaroberto (Zulia), Eduin Quero (Táchira), José Hernández (Caracas), Yangel Herrera (Atlético Venezuela), Cristhian Rivas (Estudiantes de Mérida), Luis Ruiz (Zulia), Ronaldo Lucena (Zamora), Yeferson Soteldo (Huachipato), Sergio Córdova (Caracas), Daniel Saggiomo (Caracas), Héber García (Deportivo La Guaira), Ronaldo Peña (Las Palmas), Ronaldo Chacón (Caracas), José Balza (Carabobo), Antonio Romero (Deportivo Lara).

-Bolivia: Rubén Cordano, Juan Mercado, José María Carrasco, Sebastián Reyes, Luis Haquim, Brandon Torrico, Junior Robledo, Moisés Villarroel, Ronaldo Monteiro, Ramiro Vaca, Bruno Miranda, Leonardo Claros, Carlos Ribera, Carlos Roca, Cristhian Quintanilla, Harry Céspedes, Marcelo Velasco, Marcos de Lima, Delfín Panique, Limberg Guitiérrez, Clovis Roca, Henry Vaca, Jesús Careaga..

domingo, 18 de diciembre de 2016

Santos Borré, cambiar su presente para tener un futuro



La cesión de Rafael Santos Borré empezó a ser mala para el jugador y para el Atlético de Madrid desde que a sólo unos días de comenzar la competición, el Villarreal se deshiciera de Marcelino y contratase a Fran Escribá. El primero, caracterizado por su dosificación de plantilla gracias a la rotación de jugadores y reparto de minutos durante toda la temporada, era una opción más que positiva para un chico que daba el gran salto a Europa, con una buena carta de presentación y un futuro prometedor.

Cinco meses después, Santos Borré es un jugador prácticamente inutilizado por Fran Escribá y necesita una salida urgente para no quedarse estancado. El renacer de Alexandre Pato, la buena campaña de Sansone y la recuperación de Bakambu cierran el paso al colombiano, que tiene que tener minutos para dar un paso en su evolución.

Cuando ha jugado, Borré no lo ha hecho mal. Se ha gustado, ha anotado, ha repartido alguna asistencia y ha generado peligro. Se le han visto cosas. ¿el problema? El chico está aún verde, necesita adaptación, los que comparten posición con él van una marcha por delante y Escribá no es muy amigo de hacer probaturas. A todo ese mejunje de impedimentos se sumará en en el último tramo de la temporada la recuperación de Roberto Soldado, lesionado de larga duración, que a poco que recupere su último nivel estará por delante del colombiano también en las quinielas.

Y es que Santos Borré no vive su mejor momento como futbolista. Aquel delantero que asombró a Colombia entera y que se labró un nombre entre las futuras promesas en los torneos internacionales Sub20 con los cafeteros, ha caído en un bache considerable desde que lo fichara el Atlético de Madrid, allá por diciembre de 2015. Entonces, varias lesiones de tobillo y quizás algo de ansiedad generaron en él un impedimento que le privó de despedirse del América de Cali dando su mejor versión.

Borré era considerado una de las mejores promesas del fútbol sudamericano. Con sólo 19 años había irrumpido ya en las listas de la selección absoluta compartiendo posición con jugadores de la talla de Radamel Falcao, Jackson Martínez, Teo Gutiérrez, Luis Muriel o Carlos Bacca y, aunque nunca llegase a debutar, su nombre ya figuraba entre los de los grandes puntas de la tricolor. De él decían voces autorizadas (ex jugadores como Valderrama, técnicos de la selección y compañeros de equipo) que iba a ser el mejor jugador de la historia de Colombia, superando a James, Falcao o el propio Valderrama.

Pero es que desde que ligó su futuro al Atlético, Borré no ha tenido suerte y parece otro. Se ha empezado a quedar estancado. Con 21 años un jugador no dice adiós a sus posibilidades futbolísticas, pero sí puede empezar a ver el final de una carrera prometedora porque no pasan muchos trenes. 

A día de hoy, una salida sería una operación positiva para todas las partes. Para el Atlético, que quiere ver crecer a su joven promesa. Para el colombiano, que necesita como el comer sentirse útil, valorado, en un equipo que le otorgue minutos y confianza, donde pueda lograr una gran cifra de goles. Y hasta para el Villarreal, que lo tiene como fondo de armario, como jugador de relleno casi residual. Borré apenas ha jugado 180 minutos en Liga repartidos en 10 partidos. Un tiempo que bien podría aprovechar un delantero de la casa, canterano, como Rodrigo Hernández (que por cierto, a día de hoy ha jugado más que Borré).

Un equipo como Las Palmas, que no da con la tecla con el irregular Livaja y el desdibujado Araujo, podría ser una opción más que aceptable para su adaptación. Otro recién ascendido como el Leganés, cerquita de la capital, donde el Atlético podría controlarle mejor, sería una segunda opción más que viable para su evolución. Incluso el Valencia, ahora que resuenan tiempos difíciles por Mestalla y que Prandelli parece dispuesto a hacer una revolución.

Santos Borré tiene mucho fútbol en sus botas. Su estilo de juego concuerda a la perfección con el ritmo que se juega en España y sólo es cuestión de tiempo que le llegue el momento adecuado. Villarreal no parece ser a corto plazo un camino para encontrar su mejor yo. Y el fútbol ni espera, ni tiene memoria. Borré necesita jugar sus cartas. El Atlético tiene que sacarlo del Madrigal para no desperdiciar a una joven promesa que lleva tiempo estancada y a la que se está poniendo cara de juguete roto. 

domingo, 11 de diciembre de 2016

Dwight Gayle llama a la puerta de Southgate



Si mandas un balón al espacio, ahí estará Dwight Gayle. Si dejas un balón muerto en el área, ahí estará Dwight Gayle. Si sobrevuela un balón aéreo, ahí estará Dwight Gayle. Si pones un balón en el centro de la zaga rival, donde no hay hueco ni para una hormiga, ahí estará Dwight Gayle.

Muy pocos entendieron el fichaje de Dwight Gale (Londres, 1990) en verano por el Newcastle. Gayle abandonaba el Crystal Palace, de Premier y donde le habían brindado la confianza los últimos años, por un Newcastle de Championship, donde tendría que disputar un puesto en la delantera con Mitrovic, que tras un año de adaptación se postulaba como titular. Hoy, 16 partidos y 16 goles después, todo ha cambiado y las piezas encajan. Sólo los pocos que en su día intuyeron que el cambio iba para bien pueden presumir de vislumbrar lo que está sucediendo.

Dwight Gayle nunca fue un delantero muy dotado de nada que no fuera lucha y garra. Y eso que muchas veces, sus mejores armas se iban de vacaciones y quedaba sobre el verde un jugador desalmado, de esos que se suelen llamar pechofríos. Con Rafa Benítez en el banquillo y con la exigencia de no relajarse porque detrás hay un serbio hambriento de gol, Gayle lleva el 9 del Newcastle con honor. Hay pocos dorsales relacionados con equipos más representativos que la zamarra 9 de las urracas. Esa que llevaron Jackie Milburn, Les Ferdinand o Alan Shearer, algunos de los máximos artilleros de la historia de la Liga Inglesa

El inicio de temporada del punta británico ha sido huracanado y con sólo 1282 minutos disputados en Liga (repartidos en 16 duelos), ha logrado ya ver puerta en 16 ocasiones. Gayle marca un gol cada 80 minutos. Para ponerlo en perspectiva, Messi lo hace cada 85 minutos, Ronaldo cada 95, Agüero cada 101 y Diego Costa cada 110. Mitrovic, su suplente, por cierto, lo hace cada 120. Nada mal.

Su facilidad para ver puerta esta campaña es abrumadora, tanto que en sólo cuatro de meses de competición ya ha logrado superar las cifras goleadoras que tenía sumando todos sus goles conseguidos en las tres campañas anteriores, con el Crystal Palace: 15. Su olfato, además, se reparte en casi todos los aspectos del juego y Gayle ha conseguido anotar de todas las formas posibles. Ha demostrado ya que le encanta moverse entre la defensa, superarla por velocidad y correr al espacio balones que casi siempre sale ganando, muy al estilo Jamie Vardy. Ha sido un baluarte en balones aéreos y de sus 16 dianas, varias son imponiéndose de cabeza a sus marcajes. Ha sabido estar en el momento oportuno, recogiendo rechazos dentro del área, saliendo beneficiado de rebotes. Y hasta de falta directa. Su primer toque es letal.

Todo esto hace que Gayle encabece la lista goleadora de la Championship y los equipos ingleses, siempre con la chequera preparada, ya han puesto sus ojos en él para el próximo verano sacar los millones a pasear. Coincide su gran momento de forma con el declive de los puntas ingleses. Si bien Rooney ha perdido comba en el Manchester United, donde ya ni es titular, Harry Kane parece haber perdido sus poderes y se ha contagiado del mal inicio liguero de los Spurs. Más allá, Daniel Sturridge vuelve a no estar, siendo la última opción de Klopp en la ofensiva y Jamie Vardy, que ayer recordó un poco quien era, no se acerca ni de lejos al ariete que el curso pasado asombró al mundo. 

Todo esto provoca un ecosistema idílico para que Gareth Southgate, técnico provisional de la selección de Inglaterra, se atreva a convocar al punta del Newcastle con los pross. Si uno suma los goles logrados, en Liga, por los cinco delanteros que acudieron a la Eurocopa (Rooney, Rashford, Kane, Vardy y Sturridge) en lo que va de temporada, el resultado es de 16 dianas. Las mismas que ha logrado Gayle. A la selección, se supone, que acuden los jugadores en forma y Gayle, que nunca ha representado a Inglaterra en ninguna categoría, está tirando la puerta abajo para recibir la llamada. Vale que su escenario no es la Premier, sino la Championship, pero goles son goles y la forma que ahora mismo tiene el magpie es envidiable

Con cuatro dobletes y tres hattrick, sus cifras son las mejores del panorama europeo. Su último encuentro, ante el Birmingham, fue la confirmación del éxito. Gayle logró tres tantos y dio la asistencia del otro en la victoria 4-0 del Newcastle ante el equipo del sur de las Islas. Ha conseguido que la grada, que tenía como favorito a Mitrovic, sienta un amor especial por su nuevo delantero centro. Y no, Gayle no puede parar de marcar.

viernes, 9 de diciembre de 2016

Un club llamado Wanda

Wanda Metropolitano / CLUB ATLÉTICO DE MADRID
Cuatro tipos elegantes, de bien parecer, dan el golpe de su vida llevando a cabo un robo en una capital de uno de los países más importantes de Europa. Los asaltantes no parecen en su curso muy avispados, quizás se hagan los tontos, y tras una serie de infortunios y de quiero y no puedo logran salirse con la suya, dejando a todos boquiabiertos y haciendo parecer que los pardillos son los demás. No es una historia real, aunque bien lo parece. Es, en cambio, el título de una comedia que hace dos décadas tuvo cierta repercusión en la gala de los Óscar: Un pez llamado Wanda.

Hoy es un día triste. Muy triste. El Atlético de Madrid, en decisión unánime y unilateral, ha decidido cambiar su presente y su futuro, prostituyendo su pasado, su historia, por unos miserables millones de euros. El fútbol moderno es más empresa que fútbol. Eso se entiende, se concibe, se sabe, incluso se respeta, aunque no se comparta. Es ley de vida. Pero hay formas y formas. Tenía el Atlético de Madrid una oportunidad única para nombrar al nuevo estadio como el clamor popular pedía: honrando a la que es posiblemente figura más importante de la historia del club y que, lamentablemente, hace poco dejó de estar entre nosotros. Ponle el nombre comercial, si quieres, pero haz mención a nuestro sentido de pertenencia.

No podía permitir la cúpula directiva tampoco que el nuevo feudo llevara el nombre de un presidente que no fuera de la familia Gil. Y Nuevo Estadio Vicente Calderón, que gustaba entre la hinchada por no tocar lo que funcionaba, nunca fue una opción. La otra, la de mencionar a Luis Aragonés, la favorita por todos, cayó en saco roto sin ningún sentido para ninguna de las partes.

Wanda Metropolitano. Lo de Wanda queda claro. Hay un tipo, que no un pez, que pone dinero. Lo de Metropolitano no tanto. En un acto de suavizar el cambio de nombre y de casa, se intentó tirar de antecedentes, nombrándolo como el estadio al que acudían los padres y abuelos de los que acudirán al nuevo. El antiguo Metropolitano, el de verdad, se llamaba así por la zona madrileña en la que estaba asentado. No tiene sentido alguno, entonces, llevarlo a las afueras de la capital, de la metrópoli, y nombrarlo con algo que no lo representa. Un nombre, por cierto, digno del Pro Evolution Soccer de antaño, el que no tenía licencias y donde se enfrentaban el Chamartín (Real Madrid) contra el Colchonero (Atlético de Madrid).

Nuevo Escudo / MARCA
El nombre del estadio, al fin y al cabo, ha quedado como lo menos malo de todo. Dentro de lo que cabe, uno se acostumbrará a llamarlo Metropolitano (sin Wanda) igual que hoy se dice "voy al Calderón". Y ha sido así porque, en un intento quizás de seguir fastidiando, en ese derroche de poderío del que se posee por ser los únicos e ilegítimos dueños, han tocado el escudo. Y no sólo se han olvidado de Luis en tanto en cuanto el nuevo campo. Sino que han pasado 'olímpicamente' de él en todos los sentidos. 

12 de noviembre de 2005. España se enfrenta a Eslovaquia en el Vicente Calderón, en el encuentro de repesca para acudir al Mundial de 2006. Allí, entre gol y gol de Luis García (vaya noche la suya), Aragonés, enfurruñado, como siempre, discute con el cuarto árbitro, al que protesta casi por defecto, para encontrarse en su ecosistema. Zapatones le dice de todo, y termina: "¡Y usted, no pise ese escudo. Que es el escudo del Atlético de Madrid!". Y es que, efectivamente, en la zona donde caracolea el trencilla, se dibuja en el césped el escudo del club colchonero, que no se pisotea. 

¿Pero cómo no lo van a machacar otros si nosotros mismos lo mancillamos? El cambio del estadio ha estado más o menos aceptado, con calzador, pero aceptado. Amparándose en un progreso económico superlativo (que aún está por ver) y defendiendo que el Vicente Calderón se cae a cachos (obvio, no tiene mantenimiento, en una decisión tomada para que la hinchada vea con buenos ojos la mudanza), más o menos han logrado hacer entrar en su razón a la masa rojiblanca. ¿Pero por qué tocar el escudo?

Igual que los estadios, los escudos cambian. No es el primero, ni será el último. Pero esta decisión, ahora sí, ha levantado ampollas. Porque el escudo no se caía. La osa de Madrid la han cambiado por un panda y el madroño, incompleto, ya no tiene ni frutos que dar. Ni qué decir que las posiciones de ambos han cambiado con respecto al original. Ni siquiera han respetado el emblema de la capital. Tenemos un escudo moderno, con flequillo. De que hay que adaptarse a los nuevos tiempos ya nos dimos cuenta. Nos lo avisaron en Neptuno, cuando se prefirió celebrar títulos a base de reggaeton y techno (¡ay, si mi abuelo levantara la cabeza!) que con cánticos del equipo. El himno ya no casa. Ya no cuadra. Habrá que inventar uno nuevo. Pitbull y Enrique Iglesias, candidatos a escribir el nuevo, siguiendo una fácil regla de tres.

Los valores no sirven de mucho si a la hora de la verdad no se demuestran. Cuando lo más importante es el bolsillo, la palabrería cae por su propio peso. Poderoso caballero es don dinero. Hacen lo que quieren con el equipo. ¿Por qué? Se amparan en que el equipo es suyo, sin mencionar siquiera que se apropiaron de él de forma indebida. En un país donde los ladrones de gomina te gobiernan y te siguen haciendo goles, no se puede aspirar tampoco a mucho.

Esto sólo es el principio. De aquí a nada, el Wanda Kyocera Atético de Emirates Madrid jugará en nuevo estadio. Mucho más bonito. Construido más para los turistas que para su gente. Mirando más por el dinero que por los sentimientos. Obviando los valores del deporte. La multinacional Kia Azerbaiyan Atlético de Gil y Gil Madrid ya ha dado un pasito más en su empeño por alejarse de los suyos. Porque importa más que te vean 4 gatos en China que 400 de los tuyos. Los veranos de pretemporada en Pekín y Estados Unidos ya están asegurados. Y pronto cambiaremos el tridente de Neptuno por un palo selfie. O mejor, al propio Dios del mar por el perro del hijo del señor Wanda, ese cuyo dueño lleva sin correa y con un Apple Watch en cada pata (sí, al perro), ya que Wanda es el que paga.

Porque si avanzar y progresar, si estar arriba y ganar títulos significa perder todo aquello que nos hace distintos, con lo que nos identificamos, nuestra historia y los valores que me hacen amar esta gran familia, díganme qué hay que hacer para volver a jugar en Segunda, que yo me bajo.


martes, 6 de diciembre de 2016

Sergej Milinkovic-Savic: romper con todos los tópicos



Cuando me dispuse a ver el Mundial Sub20 celebrado en Nueva Zelanda el año pasado, mi propósito estaba puesto en cuatro frentes: Conocer la capacidad de liderazgo de Ángel Correa; Ver si André Silva seguía teniendo su don para con el gol con el paso de las generaciones; comprobar si Marc Stendera era 'the next big thing' para Alemania; y descubrir nuevos talentos.

Me habían hablado muy bien de la Serbia de Veljko Paunovic que (me) acabaría enamorando y le había puesto los ojos a Vanja Milinkovic-Savic, portero altísimo y delgado que había aterrizado en el Manchester United meses antes. Lo que no sabía era que por delante de él había un guardameta de los que apuntan a ser uno de los mejores del mundo cuando le llegue el día: Predrag Rajkovic, un felino bajo los palos. Pero sobre todo, lo que desconocía era que Vanja tenía un hermano mayor de nombre Segej que acabaría triunfando en la cita, llevaría a su equipo a lograr el título y se alzaría con el Balón de Bronce al tercer mejor jugador del torneo. Vanja, por cierto, tenía 17 años aún, y fuera como fuere, aún era pronto para servir a ese equipo. Hoy, con 19, ya es el meta titular de la Sub21.

De izqda a derecha, Traoré, Danilo y Milinkovic-Savic, con
 los premios a los tres mejores jugadores del torneo
Sergej Milinkovic-Savic (Lleida, 1995) nació para ser deportista de élite. Hijo del bosnio Nikola Milinkovic, futbolista profesional (jugó en Lleida, Ourense y Almería, entre otros) y de la jugadora de baloncesto serbia Milana Savic, se decantó por el fútbol "porque cuando era pequeño me divertía más viendo los partidos de mi padre que los de mi madre". Nació en España y, como su hermano, posee la doble nacionalidad hispano-serbia. Pero cuando en 2005 sus padres dejaron la competición, la familia se trasladó a Serbia. Allí, rápido se enroló en las filas de la Vojvodina, que no dudaron en hacer una prueba a su hermano y convencerse de que esa familia había nacido para el deporte.

Su ascenso fue progresivo y para cuando cumplió los 18 fue parte fundamental de la Serbia Sub19 que se hizo con la Eurocopa de la categoría, liderada por Aleksander Mitrovic. Tras ello, debutó con el primer equipo de la Vojvodina, ganó la Supercopa serbia y, tras un primer año exitoso, puso rumbo al Genk belga para desarrollar su fútbol en un nivel superior. Luego llegó el Mundial Sub20 antes citado, el título, el año asombroso en Bélgica y el éxito. Europa entera se puso tras sus pasos, pero fue la Lazio quien se adelantó y fichó al chico con 20 años recién cumplidos por nueve millones de euros.

Sergej Milinkovic-Savic heredó el físico de sus padres. Su 1'92m de altura no son habituales en el fútbol, mucho menos en el medio campo. Uno puede ver centrales de tal tamaño e, incluso los típicos delanteros rematadores de área. Pero no hay muchos jugadores como Sergej. Empezó su carrera como pivote. Pegamento de corte. El estereotipo decía que es a lo que un jugador de su altura podía aspirar. Rápido se desató como algo más. Su principal cualidad, por encima de todas sus habilidades técnicas, es su trabajo, su sacrificio. Eso no lo negocia. Puede jugar un día mejor o peor, porque no siempre salen bien las cosas, pero es un jugador que se va a dejar el alma por lo que hace.

Pero no, Sergej no es un trotón. Uno ve casi dos metros de altura en la medular y se imagina a Fellaini. El serbio tiene capacidad para con el balón. Se siente muy cómodo con él y, si bien no es un jugador para dar una primera salida desde atrás, sí que está habituado en recibirlo en zonas más adelantadas e imaginar. Posee gran calidad en ambas piernas, tanto que se ha llegado a asegurar que es ambidiestro (es diestro en realidad). Acostumbra a jugar de interior, por delante de un pivote, el mejor sistema para su desenvoltura es el 4-3-3 y es el socio perfecto cuando su equipo tiene la posesión. Su gran zancada le hace ser elegante y combina a la perfección su calidad con su físico.

Porque, no vamos a negarlo, su potente carrocería es para él una gran virtud. Está siempre bien colocado y mucho tendrás que sufrir si le quieres ganar un balón aéreo. Todo balón dividido es suyo, por tierra mar y aire. Por eso, en según qué situaciones, sus técnicos le colocan inmediatamente detrás del delantero. Ganar la posesión, aguantar la pelota y esperar aliados. Sergej es siempre una solución de última hora. Podría decirse que se parece bastante a Marek Hamsik. Sabe medir los tiempos, tomar decisiones y elegir si toca una transición rápida o algo más comedido. Posee, además, un depurado último pase. Conduce bien, esconde la decisión hasta el último momento. Extrañamente pierde la posición y es un bastión en el juego defensivo. Su motor, a sus 21 años, es inagotable, incansable. Y, otra vez gracias a su físico y su inteligencia sobre el campo, es un jugador idóneo para la presión.

A medida que vaya ganando en experiencia su importancia crecerá y sus números engordarán. El curso pasado fue el de adaptación al fútbol de primer nivel y, aunque fue prácticamente titular en la mayoría de los partidos, la trascendencia que está teniendo en el inicio de esta campaña ya es considerable. Le quedan por pulir aún muchas cosas, como su ímpetu. Es tan superior físicamente que, en ocasiones, se olvida que otros no llegan a su fuerza y comete faltas por exceso de fuerza. Este verano, el Nápoles ya trató de hacerse con sus servicios, sabedor de la perla que tiene la Lazio entre manos. Los romanistas, obvio, se cerraron en banda a una venta de un chico al que pueden sacar todo el jugo aún y está en pleno crecimiento. Tiene todo para convertirse en uno de los mejores mediocentros del mundo. Su hermano Vanja, por cierto, ya no pertenece al Manchester United y, tras rayar a gran nivel con la Vojvodina, ha firmado con el Lechia Gdańsk, un equipo polaco que nunca ha ganado nada y que ahora mismo se encuentra colíder de la Liga.

Sergej aún no ha debutado con la selección absoluta de Serbia, aunque sólo es cuestión de tiempo que toda la generación de oro del fútbol serbio se junte y, si todo sigue su curso como en categorías inferiores, los Zivkovic, Babic, Gacinovic, Maksimovic, Saponjic, Jovic y, cómo no, los Milinkovic-Savic, den días de gloria al fútbol balcánico. Muchos de ellos ya juegan en grandes de Europa.