domingo, 12 de febrero de 2017

Sudamericano Sub20: La Uruguay campeona, la Uruguay del futuro

Uruguay celebra el título logrado/ RODRIGO BUENDIA/AFP/Getty Images
Uruguay no ha tenido rival en el Sudamericano Sub20, celebrado en Ecuador entre enero y febrero. El grupo que dirige Fabián Coito ha sido siempre el más sólido y, siguiendo con los pronósticos establecidos, se ha proclamado campeón del torneo sin casi despeinarse. La celeste, de menos a más, ha sabido encontrar su sitio en una competición tan corta, ha sabido no cometer errores y ha estado siempre dispuesta para competir. Sólo la calidad individual de Argentina, a priori, podría haber puesto en entredicho el dominio charrúa en esta cita. Esas individualidades, esta vez, no han sido suficientes y Argentina ha sido la clara decepción de toda la competición. Un pequeño traspiés en la penúltima jornada ante Venezuela podría haber hecho temblar los cimientos de cualquier selección, pero Uruguay se repuso y se llevó el título en la última jornada ante Ecuador, que sería campeón si vencía.

Uruguay se presentaba con la nómina más competitiva de todas, con cuatro jugadores puntales por encima de todos, que suponían los cimientos y las claves de la superioridad de este equipo. En su plantel estaba Rodrigo Bentancur, el jugador con más experiencia profesional de todos los presentes. Con varias temporadas ya como volante en Boca Juniors, el charrúa ha sido el jugador que ha dado equilibrio al equipo. Si bien es cierto se esperaba más de él, su rendimiento ha sido regular, pero nunca ha llegado a la excelencia que se le presupone. Esa que ha hecho a la Juventus cerrar un acuerdo (cuyo contrato ya circula por Internet) millonario por él. Con todo, su sola presencia ya intimida y en general su rendimiento ha sido bueno y notable.

Nico de la Cruz / RODRIGO BUENDIA/AFP/Getty Images
A su lado se ha destapado Nicolás de la Cruz. Segundo capitán de la convocatoria, De la Cruz es el jugador nexo entre el ataque y la defensa. Es un canalizador de juego. Hermano por parte de padre del internacional absoluto Carlos Sánchez, De la Cruz tiene muchos detalles de su pariente. Mezcla músculo y calidad a partes iguales, es consistente, constante, regular. El jugador que siempre hace el trabajo del compañero más sencillo. El balón parado lleva su nombre.

En el vértice, Rodrigo Amaral. Posiblemente el jugador con más calidad individual de toda la plantillay casi de todo el torneo, con permiso de Tomás Conechny (Argentina). A Amaral le sobran unos 20 kilos de peso, pero su zurda suple esto con garantías. Ya disputó el torneo hace dos años y dejó pinceladas de lo que era. Vive un momento confuso en su carrera, siendo irregular con su equipo, Nacional, y mirado con lupa por ese agravado sobrepeso. De hecho, arrancó el torneo como suplente y se ha erigido como el principal candidato al título al Mejor Jugador del Torneo. Ha terminado como líder en la tabla de goleadores con 5 dianas, y eso que ese no es su fuerte. Con su corpulencia física y su potencia, de ponerse en forma (otra vez), podría llegar a ser un jugador imparable. Un torneo así es lo que necesitaba para recuperar la confianza y ahora le llega un punto de inflexión.

En la punta de lanza, Nicolás Schiappacasse. Cierra el rombo perfecto. Es el jugador capital de Uruguay. Todo el juego del equipo se fundamenta en los movimientos del ariete del Atlético. Schiappacasse juega como único delantero, se pelea con los dos defensas, a los que exige y libera de presión a sus compañeros que juegan más retrasados. Schiappa cae a banda, preferiblemente a la izquierda (donde jugó mucho con River Plate) para sacar de sitio a su marcaje, arrastrar la defensa rival y generar un espacio para la segunda línea charrúa. Ha logrado tres dianas y, aunque cara puerta podría haber sumado mejores cifras, el trabajo que hace y no se ve es el que permite a Uruguay ser siempre superior a su rival. Además, con los 18 años recién cumplidos, juega con chicos dos años mayores que él y esa diferencia de edad, que en estas categorías es notoria en aspectos de físico y oficio, apenas se notan.

Para ayudar a estos cuatro fantásticos Uruguay ha tenido escuderos de lujo. Por eso a Facundo Waller no le quedará mucho tiempo en su equipo, el Plaza Colonia. Waller ha sido el mejor actor secundario, líder absoluto en la categoría de asistencias. Con un pie extraordinario. Igual que él ha estado Benavidez, el trabajo hecho futbolista, o Santiago Bueno, central contundente que acaba de firmar el Barcelona. Menos hemos visto de Diego Rossi, teórico delantero titular que en los últimos meses se está quedando estancado y mucho han aportado revulsivos puntuales como Cannobio o Ardaiz, fundamentales en el último partido para dar el título a los charrúas.

Uruguay tiene un equipo muy versátil, con muchos recursos y capacidad para mutar en función del partido. Los tres jugadores del medio campo, además de Amaral, poseen calidad suficiente para dominar la posesión y llevar la iniciativa. No obstante, como mejor ha jugado el equipo es en el repliegue, junto atrás, y saliendo en contragolpes rápidos, buscando la velocidad de Schiappacasse y las llegadas de segunda línea, además del disparo lejano. 

Así, 36 años después, Uruguay gana el Sudamericano Sub20 y se alza con su octavo título, acercándose a los 11 de Brasil. Un torneo que no pudieron ganar ni Suárez, ni Cavani, ni Forlán, ni Godín, ni ninguna de las estrellas recientes del país. Y sí. Los chicos de Fabián Coito han arrasado.

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